12 May 2010

Breve paso por Phnom Penh

En barco que llegaba desde Vietnam me dejó exactamente en la frontera con Camboya. Los paseos entre mercados flotantes y orillas estrechas del delta del Mekong se acabaron para dejar paso al auténtico río, por donde navegabamos en solitario a una velocidad pasmosamente lenta. Tras obtener el visado en el puesto fronterizo más relajado que he visto, tuve que coger otro barquito que habría de llevarme a la capital camboyana: Phnom Penh.



A Phnom Penh se la conoce como "la perla de Asía". Amplias avenidas, coches elegantes... pero que a nadie le engañen las apariencias, es una ciudad pobre, calles llenas de basura, ratas, tuk tuk contaminando sin contemplaciones. Y la vida en la calle: mercados nocturnos, bullicio en los parques, tiendas abiertas sin horario...




Phnom Penh es fue construida hace tiempo de verdad, pero ha empezado a funcionar como ciudad hace relativamente poco. Esto hace que la ciudad, aunque Camboya tiene su propia divisa, la moneda más oficial sea el dolar americano. En los mercadillos se puede pagar con él, y hasta los cajeros automáticos dan dolares americanos.

Mi baño: dos (y hasta tres) necesidades al mismo tiempo




La historia reciente de esta ciudad es una oda a las crueldades que el hombre puede llegar a cometer. Cuando los americanos dejaron Vietnam, las rencillas entre Camboya y Vietnam volvieron a un primer plano. En esa época, 1975, entro al poder la guerria de los Khmer Rouge. Intentaron convertir al país al comunismo de golpe: se prohibio el dinero y la población fue llevada al campo para trabajar cultivando arroz, la clase intelectual fue exterminada...





Cualquier desobediencia era castigada con la ejecución. El S-21, que antigüamente era un colegio, fue usado como centro de torturas e interrogatorios, para posteriormente mandar a la gente a los campos de exterminio de Choeung Ek, en el que unas 100 personas al día eran asesinadas, en total unas 20.000. Especialmente aterrador es este último, desde el que se oye las voces de los niños de un colegio cercano, mientras se observan las fosas comunes llenas de claveras.





Hoy en día, estos dos sitios han sido reconvertidos a museos para "mantener viva la memoria" de lo que sucedio allí. ¿O para hacer negocio con un episodio oscuro del país? llamélo como quiera.


Y tras estos días pasando un calor insoportable, abandoné Phnom Penh camino de Siem Reap, la octava maravilla del mundo moderno

4 comments:

La Piccola Principessa said...

jo es de los sitios "menos bonitos" por los que has pasado.. amargos recuerdos de tan cruel época convertidos en museo..
ojala nada de eso no hubiera pasado para no tener que formar parte de la historia del País

pero bueno...tus fotos incluso en escenarios tan desoladores siguen siendo increibles!!!y nos siguen acercando la realidad de los lugares que visitas

1besazo

p.d: mandanos algo de calor anda

Anonymous said...

Y donde está Siem Reap??? en Camboya????
No me gusta nada esta parte del viaje... vete ya para Australia que los canguros y los koalas te están esperando!!!
besos!
Sonia

Lukeras said...

Rodri por ahora claramente elijo como foto del viaje la primera de este post.

Te tengo que decir la verdad, mucho halago y tonterias en los post pero aqui la gente no para de criticarte, ya sabes que al que no esta le caen palos y cuando nos juntamos lo que mas mola es ponerte a parir. Asi que ya lo sabes

Jimmy said...

Quiero ver YA las fotos de Angkor!!! Vas a hacer de Siem Reap tu nuevo Amsterdam, con tu peregrinación anual si o si, igual terminas como el americano-ucraniano poniendote una choza para turistas con lagartijas en las habitaciones. Tapate bien la calvorota que allí el sol pega muy duro.

Un abrazo enorme
PD: Acuerdate que ese es buen sitio para darte un homenaje y recordar buenos momentos.

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