El legado de Gengis Kan

En un tren nocturno abandone Rusia hasta la próxima vez, había conseguido salir del país sin ser deportado, que era uno de los objetivos del viaje. La verdad es que la gente me había advertido que tuviera cuidado en Rusia pero no sólo no tuve ningún problema sino que lo pasé genial.

El tren conocí a los dos primeros Mongoles. Bayar, un ex-paracaidista y ex-boxeador cuyo hobby es salir de excursión por la estepa mongola para buscar restos de aviadores japoneses y rusos de la segunda guerra mundial para darles santa sepultura. Me estuvo enseñando fotos y me pareció increible.

Bold y Bayar

El segundo mongol que conocí, Bold, me estuvo explicando como los mongoles eran un gran imperio, y como Gengis Kan transmitió sus conocimientos con la condición de que nunca fueran escritos para evitar que cayeran en manos equivocadas; transmitiendo esos conocimientos de padres a hijos inevitablemente se distorsionaron y se perdieron, pero los mongoles están empeñados en recuperarlos para tomar parte en el destino del mundo y evitar que nos cargemos el planeta como estamos haciendo. Bold pensaba que los mongoles serán un gran imperio de nuevo.

Y tras soltaros este tostón pseudo-filosófico, llegúe a Ulan Bator, la capital de Mongolia. Por el camino, alguíen me contó que "Mongolia is amazing, but Ulan Bator is a shithole". De momento doy la razón a la segunda parte de la frase.

No hay mucho que ver y que hacer en Ulan Bator (ni mucho que fotografiar como veis), incluso la temperatura es inferior que en Siberia, pero es un paso necesario para llegar a la otra parte de Mongolia, la parte de la que me voy a enamorar. Mañana por la mañana parto de nuevo hacia Khangai Nuruu, en el desierto del Gobi.

Las dunas me esperan!