Ya está aquí. Ya llegó. Y este año se presenta antes de tiempo. El monzón, lluvias hasta inundar las calles, que hace cualquier tipo de actividad impracticable. Pero bueno, miremos el lado positivo del monzón: es muy previsible. Todos los días llueve a mares, si, pero es sólo por las tardes. Señora, qué día tiene usted libre? Da igual, el monzón pasa todos los días a las 7... Por lo menos te deja las mañanas libres...
Mi primera etapa en Indonesia fue Yogyakarta, en la isla de Java (por favor, abstenerse comentarios frikinformáticos) Llegué en el primer avión que tomo hace mucho tiempo, desde Singapur. Y he de reconocer que yo venía aquí pensando en los templos que tanta fama le dan a esta ciudad, Borobudor y Prambanan. Pero casi los templos ha sido lo de menos.
Borobudur, el mayor templo hindú de Indonesia, para perderse entre sus laberintos al amanecer. Prambanan, para ver el atardecer entre cortinas de humo (y en mi caso también bajo la lluvia)
Pero lo que me he encotrado en Yogyakarta ha sido una gente que no se cansa de sonreir, que es siempre amable contigo (e incluso no quieren venderte nada!). Simpre responden con una sonrisa a todas tus preguntas, y te hacen sentir como si esta siempre hubiera sido tu casa.
Así que casi los templos quedan en segundo plano en esta ciudad. Por delante me queda un país para recorrer, curiosamente musulmán (por aquello de que los templos más famosos son hindús) y lamentablemente propenso a los desastres naturales. De hecho la geográfia de Indonesia está plagada de volcanes. Pero los dejo para mi próxima parada...
Ah! Y no podía dejar sin nombrar a mis dos compañeros de viaje durante estos primeros días en Indonesia. Andrew, form Scottland; Y Ho Woon Fei, de todos sitios. Cada uno ahora sigue su camino, pero nos volveremos a encontrar!
Gobo, tuve que venir a Indonesia para encontrar una nueva postal para enviarte!
PS: Se nota que tengo objetivo nuevo, no?? :)