Firmando protocolos en Kyoto

- "I'm soly, pero tenemos todo ocupado hasta después del cherry blossom". Esta ha sido la tónica de mi paso por Japón. Allí donde fuera, todo ocupado por que la gente se vuelve loca cuando florecen los cerezos. Al Jerte los mandaba yo a todos.

Desde Tokyo hay unos 510km hasta Kyoto, que se hacen en apenas dos horas con el shinkasen, y en realidad casi es la forma más barata de viajar por Japón, por que aunque el tren local es más barato, hay que coger varios, lo que hace que de precio sea más o menos parecido pero con el doble de tiempo invertido. Si vas a moverte de esta manera, con el JR Railway Pass, lo amortizas rápido, y vale para una semana.

Y entre tanto tren bala, llegué a Kyoto. He dormido en unos sitios rarisimos, desde pensiones de mala muerte compartiendo habitación con un abuelete japonés que no dudaba en rufarse a dos carrillos mientras comía, hasta Youth Hostel católicos/sectarios que me cerraban las puertas a las 10:30pm y no se podía entrar, o me limitaban el acceso a Internet a unas horas por la tarde. Juntándolo con lo de los Capulse Hotels, ha sido una experiencia curiosa esta de dormir por Japón.

Kyoto es la ciudad con más templos por metro cuadrado del mundo. Casi hay más templos que personas. Y es imposible verlos todos, ya no sólo por tiempo sino por que puedes acabar soñando con templos. Un modo siempre infalible de hacer un buen filtro es ver los que salen en las postales, y de esos elegir los que más te gusten.

Los elegidos, entre otros, fueron Ginkakuji (templo de plata) y Kinkakuji (templo de oro). El templo de bronce y el templo de consolación los dejé para otra visita.

Otra parada interesante fue Ryoan-ji, dónde está uno de los jardines más curiosos del planeta. Un jardín Zen, hecho con quince piedras y gravilla. Perdone caballero, pero si un jardín no tiene plantas, o al menos algo verde, eso en mi pueblo no se le llama jardín, se le llama descampao :)

Y entre tanto templo, un distrito distinto. Gion, barrio de Geishas. Aún hoy en día existe bastante desconocimiento sobre lo que es una Geisha, sobre todo para las mentes calenturientas. Y aunque es muy complicado ver alguna (de echo yo no vi ninguna...), dicen que sí es posible ver alguna Maiko (aprendiz de Geisha)

Ahora mismo estoy en Osaka. Llevo aquí un par de días recuperandome de tanto movimiento, de tanto cargar con la mochila y sin mucho más que hacer. Osaka, aunque es la segunda ciudad más grande de Japón, pero no tiene mucho que visitar. En unas horas sale mi ferry desde el puerto de Osaka para llevarme de vuelta a China, esta vez a Shanghai. Sólo hay uno por semana y la semana que viene no hay por mantenimiento de la flota, y aunque Japón me encanta, mi presupuesto no puede permitirse quedarme dos semanas más aquí... Sayonara Japón!

Yo con cara de flor de cerezo

Gobo, alguien se dejó una postal olvidada en uno de tantos templos que visité en Kyoto!!